martes, 12 de junio de 2012

Indiferencia mortal


El verdugo no obedece órdenes. Simplemente hace su trabajo: no odia a las personas a las que ejecuta, no lo hace por venganza, no las mata porque se interpongan en su camino o lo amenacen o lo ataquen.

Le son completamente indiferentes. Tan indiferentes, que le da lo mismo matarlas o no matarlas.

Fragmento de El lector
(Bernard Schlink) 

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